Después de mucho tiempo echando de menos el contacto de mis manos con el barro, el pasado mes de junio hice un pequeño taller de chawan.

Un día cualquiera mientras callejeaba, me encontré con el taller de la ceramista Carme Balada. Entré y le pregunté si hacía talleres y me presentó a CHAWAN “el bol de té”. Hasta entonces nunca había oido hablar de él, pero como siempre he querido iniciarme en la cerámica y me interesa el arte japonés, pensé que sería una buena combinación para retomar el barro aunque sólo fuese por unos días. El resultado fue una bonita experiencia, compartida con Carme, Blanca y Mercè, y mis dos chawanes.

Carme nos habló de los principios de la estética japonesa: sabi, wabi y shibu y que aplicaríamos para la creación de las piezas. Sabi encierra la idea de soledad, ausencia. Wabi significa pobreza, simplicidad, despojar a la belleza de lo ficticio, sinceridad consigo mismo. Shibu significa áspero, rudo, inacabado. Además, nos hizo un recorrido por las principales escuelas de cerámica: shino, oribe, raku, iga, bizen, hagi y shigaraki. Y nos mostró las diferentes técnicas de decoración. El resultado de la aplicación de los esmaltes fue sorprendente.

Para finalizar el taller, Carme nos introdujo en la ceremonia del té (cha-no-yu) que simboliza que la vida es el arte.

Ahora, vuelvo a echar de menos el olor y el tacto del barro…