El fin de semana pasado acudí a la 1ª edición del Poble Espanyol T·O·T Festival de Barcelona. La única obra dirigida a los adultos fue Solo de Walter Broggini.
El titiritero Broggini nos ofreció un espectáculo de humor negro sobre la muerte, un destino ineludible al que los diferentes personajes se resisten, y de una gran intensidad a lo largo de los 60 minutos que duró la función.
Nos presentó cada historia (Fragmentos, Hilo, La condena inevitable y El último sueño) sin palabras, únicamente con la interpretación de los títeres, la suya como un personaje más y música ambiente entre actos. La técnica: Bunraku.
Una actuación magistral. Walter da a los títeres una gran expresividad, con gran variedad de movimientos del cuerpo. Me hizo sufrir en la historia “Hilo”, estuve a punto de salir al escenario a cortarle el hilo a la pobre marioneta… ¡Que agonía! Aunque desprenderse de la atadura fue una sorpresa visceral.
Disfruté mucho de la función, pero me entristeció ver que en un teatro con capacidad para 210 personas únicamente asistiéramos una veintena. Para el titiritero debió de ser duro enfrentarse al vacío de la sala. Lo intentamos llenar con muchos aplausos, muy merecidos. ¡Quiero ver más!