Finalmente pude asistir a la última visita comentada de la exposición William Hogarth. Retrato de la sociedad del siglo XVIII que tuvo lugar en CaixaForum Barcelona. Se trata de la primera retrospectiva sobre William Hogarth (1697-1764), el pintor inglés más importante del siglo XVIII, organizada en España.
Mercè, la guía, nos explicó curiosidades del artista y su entorno que nos hizo entender mejor su obra.
Gracias a él y su empeño por mostrar su arte, la pintura inglesa pasó a ser conocida a partir de entonces, incluso por los mismos ingleses. Él mismo hacía publidad de su obra a través de carteles en la entrada de su taller.
Fue un artista al que le falsificaron muchos de sus grabados al instante de ponerlos a la venta, incluso antes. Por este motivo se creó la Ley Hogarth, que protegía los derechos del grabador.
Quiso hacer llegar su obra a más gente, abaratando los costes de producción (cambió la plancha de cobre por madera).
Llegó a hacer versiones de un mismo óleo, La ópera de los mendigos, por el gran éxito que tuvo la obra de teatro. Todo el mundo quería tener la escena más representativa.
A través de sus grabados y óleos nos muestra la sociedad inglesa del momento de una manera crítica. Puso al descubierto la vida de las clases altas hasta llevarlas al ridículo. Presentó unas calles de Londres donde vivían prostitutas, ladrones, asesinos, alcohólicos y niños hambrientos, denunciando la situación tal y como era (otros pintores la suavizaban e incluso la enmascaraban).
Pero no sólo cabe destacar lo que cuenta a través de su obra, sinó también cómo lo cuenta: el uso de la luz en sus pinturas, la introducción de los perros como reflejo de los personajes representados, el uso de series para narrar la historia desde el inicio hasta el final, las parejas de obras “antes” y “después” (lo que ocurre entre ambas lo deja a la imaginación del espectador), escenas complejas con variedad de detalles y cargadas de simbolismos, etc. Una manera muy original e ingeniosa para expresarse y reflejar la actualidad de una manera crítica y también satírica.
¡Muy cachondo el tal Hogarth!
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