Raquel Cohen y sus esculturas de luz
Ayer conocí a Raquel Cohen, su arte y su espacio creativo. Una experiencia muy interesante en diferentes aspectos.
Llegué a ella a través de un reportaje en la tele. Me atrapó el uso de la luz en sus esculturas, además del hecho de utilizar su casa para mostrar su obra. Contacté con ella y nos abrió sus puertas a Maribel y a mí.
El estudio donde trabaja es increíble, amplio y luminoso. En él están sus barcos, que próximamente “navegarán” a Ibiza y donde mucha gente podrá disfrutarlos (su rostro sonríe cuando nos lo cuenta). Me gustaría verlos sobre la mar nocturna… Los reflejos en el agua tienen que ser un regalo para los ojos.
En su casa de Vallvidrera ha creado un mundo de luz, donde cada espacio transmite sensaciones diferentes con cada una de sus esculturas. Y al caer la noche… Se descubre su “secreto”…
Su experiencia vital, aventurera durante los setenta recorriendo África, Ásia y América del Sur, su pasión por el arte antiguo, su manera de entender y vivir la vida, hace que disfrute al máximo sus momentos frente al mediterráneo y se siente afortunada de sus encuentros. Próxima cita: una casa de piedra en un pueblito de Asturias. ¿Qué resultará de esta nueva vivencia?
Raquel, muchas gracias por ofrecernos tu tiempo y hospitalidad.
Las tardes como ayer me animan a continuar trabajando con mi arte, disfrutándolo al máximo a pesar del poco tiempo que le puedo dedicar.










Fue innovador en diferentes aspectos: mostrando a las mujeres en sus quehaceres diarios, el uso de la perspectiva, la mirada desde arriba, el uso estético del vacío (que conoció en la estampa japonesa), mostrar el movimiento… Sólo había que mirar.
También fue un apasionado de la fotografía, de la que aprendió a realizar encuadres selectivos. Se basó en las fotos de Muybridge (Animal Locomotion) para estudiar el movimiento de los caballos.
Basta con decir que 12 de las esculturas provienen de colecciones privadas de Miami y 2 de Italia.











Pude pasear entre sus 100 figuras “chinescas”, bueno 99 -una de ellas sufrió un derribo accidental- y contemplar ensimismada la particularidad de cada expresión en sus rostros y en sus cuerpos. Y el juego que se crea entre ellas, esa complicidad… Te hacen reir.

